miércoles, 14 de julio de 2010

¿Alan volverá a llorar?
Por Carlos Castro

Hace unos días retorné a Trujillo, por razones familiares. Inevitable abordar con los amigos el tema electoral y la gran pregunta de si esta vez el APRA recuperará la alcaldía de una ciudad que fue su bastión electoral histórico y en la que nunca había sufrido una derrota hasta que hace cuatro años César Acuña se la arrebató con su partido Alianza para el Progreso.

Como todo visitante curioso, el primer contacto de este muestreo informal fueron los taxistas. A diferencia de lo que me ocurrió en el 2006, en una situación similar, esta vez no encontré en ellos la respuesta unánime. “No la tiene seguro” fue el mensaje de algunos de los choferes. Una persona cercana al alcalde me respondió que resultaba comprensible por las restricciones que impuso Acuña a los taxis en el ingreso al centro de la ciudad.

Más allá de estas reacciones, lo que se percibe es un inevitable desgaste en la popularidad y aprobación del alcalde trujillano . Se diría que es natural. Sin embargo, cuatro años después Acuña tiene deudas pendientes con su comunidad. No hay hasta ahora una obra que lo identifique o que sea el símbolo del gran cambio.
Es más, las lluvias de febrero le trajeron problemas con las pistas que aún subsisten. Y lo peor es que dejó la percepción en sus votantes de que las obras ediles no tienen la solidez con las que se anuncian. A ello se une sus reacciones desproporcionadas frente a las críticas de sus opositores y de la prensa local: en algunos momentos ha calificado a los periodistas de “coimeros” y subsiste el tema de la seguridad ciudadana, aun cuando la responsabilidad principal recae en la Policía Nacional.

Frente a ello, la población lo ve como un político que no ha llegó a lucrar del cargo de alcalde, no cobra sueldo y no recibe ningún beneficio particular. Su fortaleza está en los jóvenes y en los sectores populares de Trujillo, en donde mantiene programas sociales como las Clementinas para niños de 3, 4 y 5 años que reciben útiles escolares en forma gratuita, y los profesores son capacitados sin que al municipio le cueste un sol.
O los Pumas, voluntarios de su partido que ofrecen apoyo médico y obsequian las medicinas. Otro punto a su favor es la desaparición de los services al interior del municipio y la transparencia en la gestión edil: las sesiones son filmadas y se difunden en directo.

Mientras tanto, ¿que pasa con Daniel Salaverry, el candidato del Apra? Al igual que en las elecciones del 2006 el partido de Haya llega a este proceso dividido, lo que no ayuda a su campaña. Las bases mantienen sus denuncias de fraude y así se lo hicieron saber hace unos días a Carlos Arana, Sec. de Organización Nacional, cuando éste se reunía con Salaverry y la dirigencia del PAP en Trujillo.
El candidato aprista es además cuestionado por presuntas irregularidades en la construcción de viviendas en el programa del Techo Propio, con su propia compañía. Y para remate hasta ahora no ha logrado entusiasmar a la población, según lo revelan las últimas encuestas de intención de voto, en donde Acuña mantiene el primer lugar.

Temas pendientes para el nuevo periodo municipal son los de la seguridad ciudadana, reordenamiento del transporte, convertir a Trujillo en una ciudad limpia y ordenada. Y algo que me parece fundamental: que vuelva a ser la ciudad que irradie cultura. La poesía, la novela, el ballet, la música, el teatro, congregaban la atención de otros pueblos.
Trujillo fue históricamente el faro cultural del norte, basta recordar a grupos literarios como Norte o Trilce, con exponentes como el universal César Vallejo, Haya de la Torre, Macedonio de la Torre, Antenor Orrego, Federico Esquerre, Manuel Ibáñez Rozaza, Jorge Díaz Herrera, Eduardo Gonzalez Viaña, Juan Morillo, etc.
Es el centro donde convergen Chan Chan, las Huacas del Sol y la Luna, el Museo El Brujo. Ojalá que ello se recupere y que en lugar de exportar sicarios y delincuentes Trujillo exporte cultura.Mientras tanto, el presidente García puede ir alistando su pañuelo porque todo indica que el APRA volverá a perder la alcaldía de Trujillo y él, seguramente, como ocurrió en la anterior oportunidad, según confesó, volverá a llorar.

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